*

*

viernes, 26 de octubre de 2018


Petanca!!!

Allá por el año 78, con mis ocho años, pasaba los veranos junto a mis padres y hermanos en Torrevieja.

La pandilla de amigos del Hombre del Mar.
Mi vecino Juan Carlos que era “una traca” de movido.
Las partidas nocturnas de cinquillo de mi madre y sus amigas, a las que no me dejaban jugar, aunque siempre terminaba jugando.
Mi hermana jugando al parchís con las vecinas y pintando figuras, que compraba del mercadillo de los viernes.
Mi hermano con una barba que ni el mismísimo Moisés, echo “una raspa”, militante del P.C.
Mi padre de derechas.
Mi madre que nos cuidaba y que administraba el dinero de una manera férrea.

Y sí.
Si querías “pasta” mi madre era “asunto perdido”, en cambio mi padre… siempre me daba 25 pesetas.

Éramos una familia, como Los Alcántara… igual.
Mi padre a la cabecera de la mesa, yo a su izquierda, él siempre partía la sandía y yo era el encargado de sacar los cubitos y rellenar la cubitera.

Habían unos días de esos veranos que me encantaban:
El día que mi padre se venía conmigo a la feria a verme conducir los coches de choque, a elogiarme por lo bien que conducía,  a jugar al futbolín y las tardes de jugábamos a la petanca en la playa, con tres pelotas verdes, tres amarillas y una pequeña, que era de color rojo.

Hoy trabajando en Elche he visto esta figura de un jugador de petanca y me he acordado de él.

Sin lugar a dudas, fue un buen padre y tuve una buena infancia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario