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lunes, 19 de noviembre de 2018

Un relato!!!


Ayer escribí dos relatos cortos para dos niños.
Manu y Jaume.
Dos niños de la asociación cultural El Tumbao de Alicante.
Les pedí un beso… y me lo dieron.
Les escribí un cuento sobre jugar, sus ojos, su sonrisa, y su capacidad de amar.
Se los di doblado y les prometí que solo lo leerían al llegar casa y espero que así lo hicieran.
Me daba vergüenza que lo leyeran delante de mí.
Les pedí … mi beso. Ese beso que Esther siempre me daba por la mañanas.
Ese beso que me hacía invencible, me quitaba años y me hacía afrontar mis ocho horas de trabajo, y sus tres llamadas, para ver cómo estaba.
El beso, mi beso, su beso.
Ayer la vi en una foto de perfil y estaba sola, ante un camino, ante un árbol caído.
Pensé que quizás se sintiera sola y que me llamaría.
Sentí que después de su tormenta venga su calma y luego su añoranza.
Pero sé que no me va a llamar.
Demasiado orgullo, demasiada soberbia, demasiada presión.
Siento haberla presionado tanto.
Si no le hubiera hablado de comprar un piso en Alicante, o de habernos casado, o de pasar las tardes juntos, quizás la tendría.
Soñaba como sería mi vuelta.
Sin presión, con amor, haciéndome valer, mostrándole mi mundo, el respeto y el amor que algunas personas sienten hacia mí.
No me dejaría adsorber. No me relacionaría con su familia, al menos en principio. No la incluiría en la mía, al menos en principio.
Hablaría mal de A. su amiga, que tampoco le cae nada bien.
No consentiría dormir en el suelo, ni pasaría la semana con ella.
Tendría relaciones cada sábado, con irritación o sin irritación y no me dejaría someter.
No sublimaría, no callaría, saldría y tendría mis propios planes, haría mis propios viajes, pasaría los fines de semana en Torrevieja y pondría mi coche a 180 km/h, me encanta poner ese coche a esa velocidad.
La ayudaría con su perro, su hijo, su casa, sus amigas, no la juzgaría, no sería su psicólogo, sino su compañero y me dejaría incluir en sus aventuras de montaña.
Volvería y sanaría, dejándome querer.
Le mostraría que soy un personaje y le hablaría de mis siete parejas, para hacerme el importante.
Para que supiera que no me tiene. Que me han amado y mucho y que nadie tiene la pertenencia de nadie.
Sólo la libertad para elegir estar con ella. Sin presiones.
Quizás nos precipitamos. Yo con mis lágrimas y ella con su decisión, de romper, de no dejarse poseer.


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