Cero llamadas, cero wasap... y preveía un día gris.
Ante eso me he recordado que a veces hay que hacer lo que a uno le interesa, no lo que le apetezca.
Chandal, deportivos... me he ido a La Torre de la Horadada a desayunar.
Media tostada de integral y un cortado descafeinado.
Luego he andado por su paseo, pero tb he corrido.
Sesenta zancadas de carrera recuperando andando dos minutos... no está mal.
Estiramientos y flexiones, tres de doce.
En total ha sido una hora y como tb siempre me digo, a veces hay que castigar el cuerpo para doblegar la mente.
Ahora estoy comiendo en un bar de ingleses de Rojales.
Aquí no me conoce nadie y puedo estar sin saludar a nadie veinte veces.
Queso frito con mermelada de fresa, un pastel de carne casero y tarta de manzana, tb casera.
A esta gente les encanta mi Triumph, y a mi me encantan sus bicicletas con alforjas holandesas y el descapotable del dueño... un Saab azul.
Lo mejor, su gato.
Callejero, despeinado, algo sucio que, tranquilamente, esta tomando el sol entre dos coches, ausente de si cenara o no esta noche.
Creo que soy como ese gato.
Tenemos la misma esencia.
El toma el sol tranquilamente mientras yo vapeo con las piernas cruzadas.
Mola mucho ser un gato.
Al final, un día gris, se ha convertido en algo interesante que contar en este blog... al menos para mi.
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