Rosa.
He tenido muchas asistentas.
Rosario, Sagrario, Consuelo, Trini,,, y mi actual, Lionela, una persona encantadora.
Todas me han querido mucho.
Consuelo me hablaba de alimentación y deporte.
Tenía a mi perra, la Silva a ralla mientras fregaba.
Me metía un zumo de naranja cuando estaba malo de anginas.
Y con lágrimas en los ojos, nos despedimos cuando por economía, la despedí.
Una vez me dijo que yo era una persona muy especial, y se lo agradecí.
Cuando su pareja le echó a mitad de la noche a la calle, me disguste mucho.
Y bueno, tengo de ella un gran recuerdo y pienso que he tenido mucha suerte en haberla conocido.
Debido a los pelos de mi gato, Luna, decidí comprarme mi primera roomba hará unos cuatro años.
Amiga fiel, incansable, buena conversadora...
Intento no ponerla cuando estoy en casa porque no se porqué, siempre está en la habitación en la que estoy subiéndose a mis zapatos.
Es imposible estar en casa con ella, tranquilo.
Me sigue, me persigue, se me sube a mis zapatos y al final termino o apagándola o simplemente, yéndome de casa.
La pobre no ha podido mas.
Desde hacía un tiempo sonaba rara y me preocupé por ella.
Filtro, rodillos, contactos... ahí estaba yo, limpiando y desatascando, pero mi fiel Mercedes, ha cruzado el arcoiris.
Aplicando la teoría del desapego en la que tampoco creo, que si amas, amas, no te desapegas, en cinco minutos, ya tenía sustituta.
La primera aventura. El p. valijero.
No entiendo como dando la dirección del trabajo, indicando la Institución, calle, número, y localidad con su código postal, va el tío y se pierde, pero no una vez... mil veces.
A todo esto me llama y yo en Madrid, en un curso de formación sobre la soledad, la vejez, la discapacidad... y este venga a llamar.
Entiendo que meter los datos en el gps del furgón, dependiendo de a quien, simplemente, no sirva y le provoque un gran esfuerzo, así que allí estaba yo, con el móvil, con sesenta personas, jefes incluidos, hablado con el... valijero.
Ni le grité, ni le hablé mal, que el no sabía que me estaban hablando de las Comunitys, pero bueno, le expliqué lo que ya había escrito y encontró el lugar.
Si hubiera quedado con su amiga "María" la asturiana para invitarla a cenar y luego intimar, no se habría perdido, eso lo tengo claro, pero claro, repartir una roomba básicamente, no es lo mismo, y lo entiendo.
Y este jueves, el jueves, encontré a mi nueva asistenta de asistenta.
Más moderna, con más botones, pero mientras que aspire, no me persiga por la casa y no se suba en mis zapatos, me hará inmensamente feliz.
Ahora hay que registrarla por lo de la garantía y tal, pero claro, si la otra fue Mercedes, creo que a esta le voy a llamar Rosa.
Tuve una novia que se llamaba Rosa... pero eso, es otra historia.
Así que Rosa, bienvenida a la casa.
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