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lunes, 20 de mayo de 2019
Pitido.
Hoy he tenido que hacer la compra.
Una de las cosas que tienes claro cuando vives solo es, que si no le das al botón de la Roomba, la casa se llena de pelos del gato. A poner la lavadora... esa tan desconocida en el mundo masculino (después de 5 años, no se lavar en frío), y que si no compras todas las semanas, el frigo no se llena.
Después de estar 13 horas fuera de casa, trabajado, comido y entrenado, decido hacer la compra con mis vaqueros rotos, una camisa blanca, y mi cazadora Levis... "to bonico", pero lo mejor no iba a ser al bajar en el ascensor, ni al cruzar la calle, lo mejor ha sido cuando ha pitado el arco al entrar al supermercado.
Y lo he pensado... la p. etiqueta de la camisa.
La cajera mirando, yo todo tranquilo y el arco pitando, a la entrada, como si estuviera aprovisionando al supermercado con productos de mi casa y yo diciéndole, "es la etiqueta de la camisa".
Al salir he recordado cuando nos íbamos "a coger" pilas para la calculadora con mis compañeros del "piso de estudiantes" a una gran superficie, allá por el año 1994.
Las pilas valdrían como 100 pesetas, cuatro pilas, pero irnos los cuatro, coger un autobús urbano (75 pesetas) para coger cuatro pilas y pasar el arco aparentando "normalidad" con el guardia de seguridad a lado... se nos ponía el corazón a mil. Que derroche de adrenalina.
Ni saltar al vacío en paracaídas nos hubiera puesto tan cardíacos y hoy, he recordado aquella época.
Y esta ha sido mi tarde noche. Lo que no pitó el arco de una gran superficie en el año 1994, ha pitado hoy cuando entraba a un supermercado.
La vida... es así...:)
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