La anticipación.-
Muchas veces anticipamos.
Quien va a cuidar de mi cuando enferme???
Quien va a cuidar de mi cuando envejezca???
Y con esta anticipación, sin darnos cuenta, enfermamos, envejecemos antes de tiempo y nos angustiamos, olvidando el presente.
Tb olvidamos nuestro instinto de conservación, ese que te hace cuando “enfermas de la rodilla”, tirarte a la calle, hacerte amigos de tus fisios, de tus verduleras, del dueño del bar de tu barrio, de los compañeros del taller de manualidades..., ese instinto ancestral de conservación, de supervivencia.
Quien va a cuidar de mi cuando enferme??? Yo.
Quien va a cuidar de mi cuando envejezca??? Yo.
Sin olvidar que le vida te puede dar un giro inesperado de 180 grados en un instante en forma de “accidente de tráfico”, “volver a una antigua relación”, ... o yo que sé.
Mientras tanto tenemos el deber de... disfrutar del presente.
Disfrutar de tu trabajo, tener una red social y laboral importante, disfrutar de tu madre, pocos pero buenos amigos, de esos en los que se puede confiar, de esos que no preguntan, de esos que simplemente, te ayudan y tener aficiones wais que te "alejen de la consulta del médico" que de los bares, por suerte o por desgracia, no vas a sacer nada bueno.
Así que ahora toca... vivir, vivir sin miedo al futuro, disfrutar tu presente, disfrutar de tu trabajo, de esos pocos pero buenos, de tu red social y laboral, de tu madre octogenaria, de tus aficiones wais.
Ahora toca simplemente... vivir.
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