El Predicador.
Hace unos veranos, aparece en la redes sociales un tipo, que hace rutas en moto, que se graba vídeos, dando saltos, haciendo el pino y que se denomina, “El Predicador”.
Captó enseguida mi atención.
Va por carreteras secundarias y defiende la enfermedad de su familiar bajo el lema, “más investigación, menos corrupción”.
Lo estuve siguiendo varios veranos, en el aburrimiento de la siesta, y bueno, dicharachero, bromista, una causa entrañable y un poder de concentración, inmenso.
Fue varios los veranos que lo seguí y ayer, en el aburrimiento de una mañana, también de verano, simplemente, me acordé de él.
Hice una ruta de unos 100 kms. Una ruta fácil de montaña, con vistas a montes cortados y secos por la zona de Abanilla (Murcia).
Decidí hacer fotos.
Cuantas veces la excusa de salir en moto, o salir a andar por la montaña, ha sido hacer fotos, más que la ruta en sí, y decidí colgar mi ruta en las redes sociales y enviarle un enlace.
Fue complicado encontrarlo.
Solo fui capaz de captar el enlace de su llegada a Ribadesella, acompañado por moteros que se habían sumado a su causa, y la verdad, es que ha gustado.
Ayer monté en moto por el familiar del Predicador, esperando que esté recuperada, esperando que todas las personas que sufren este verano, tengan “un familiar locuelo” que “haga cosas locuelas” por mejorar su estado y por las personas que lo están pasando mal por culpa de enfermedades indescriptibles, en casa o en los hospitales, este verano.
Fue una mañana divertida, emulando al Predicador, una mañana de soledad, calor, fotos y moto.
Así que ayer, monté en moto por el Predicador y por su familiar, confiando en que haya habido un buen desenlace, confiando en que todas las personas que lo están pasando mal, tengan un buen desenlace.
Y como “grita” El Predicador, más investigación, y menos corrupción.
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