Es un costurero que era de mi abuela, que luego fue de mi madre y que ella me regalo.
Llegó a casa desvencijado, con mil agujeros propios de haber tenido carcoma y mi amiga María Victoria, con su gran corazón, decidió restaurarmelo y dejarlo como nuevo.
Tiene dos cajones muy finitos para las bobinas y una tapa donde hay un alfiletero.
Está construido para aquella época donde la mujer, por la tarde, se sentaba junto a el y las vecinas, y pasaba la tarde charlando y cosiendo, algo que ahora, por nuestro estilo de vida, va desapareciendo.
Imagino que conforme me voy haciéndo mayor, voy apreciando cada día más las cosas antiguas que hay en casa y que proceden de mis padres y abuelos.
La máquina de escribir Perkins de mi abuelo, la Rádio de cuando mis padres se casaron, las postales que mi padre mandaba a su familia desde el campo de concentración de Santoña, censuradas, donde no pone que le pegaban y el hambre que pasaba, e infinidad de recuerdos que de cuando en cuando, necesito ver, sentir, tocar y recordar a sus propietarios sin tristeza, pero si con nostalgia.
Así que este post va... Para mi costurero y todo lo que representa para mi.
Está hermoso tu costurero! ♥
ResponderEliminarSaludos Roberto =)))
Lil... Amiga. Te estoy recuperando... Jj. Mil gracias por tu comentario. Me hace muy feliz!!!
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