Ayer fui a ver a un desconocido.
Neuman, escritor argentino que daba una conferencia en la Universidad de Alicante.
Llegué con tiempo de sobra.
Un café, vapeo, hacer fotos del campus, recordar mi etapa universitaria... y comenzó la conferencia.
Dos presentaciones del escritor... no me enteré de nada.
Y... empieza a hablar Neuman sobre otro escritor uruguayo que se la llama Roberto Bolaño.
Comunicativo, tierno, cercano, accesible, sensible... me encantó.
Nos habló sobre Roberto Bolaño como, cuando enfermó y con su condición de exiliado, fomentó su espiritualidad y sensibilidad.
Como "arropaba a los ancianos" y "veía cara de ancianos en los niños".
Como sufría al saber, que no iba a ver crecer a sus hijos.
Como tenía una casa ordenada, aburguesada, limpia, y un estudio justo en la acera de enfrente, donde escribía, caótico, sucio y desordenado,
Una partida de ajedrez, un whiski, la competitividad de Bolaño, el saber estar de Neuman y su despedida.
Bolaño arropó a Neuman en la cama, lo besó, apagó la luz y nunca mas se volvieron a ver.
Cuando termino la conferencia, todos deseábamos haber conocido a Bolaño, haber jugado a ajedrez con él, haber compartido un whiski y habernos dejado acurrucar en la cama, beso incluido.
Grande Bolaño, grande Neuman, grande la sala de conferencias de la Facultad de Filosofía y Letras "Mario Benedeti" y grande mi profesora del curso de escritura creativa por llevarnos a esta conferencia tan tierna, sensible y bonita.
Ayer... fue una tarde muy bonita!!!
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