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martes, 14 de agosto de 2018

Un cuento!!!

Un cuento sobre una vaca que quiso aprender a volar.-
Erase una vez que se era, en un valle verde y lleno de amapolas, con un cielo azul intenso lleno de pompas por nubes y con solo un árbol, habitaba un pastor con su perro, Roque, una Ardilladelfinvoladoraqueeraunfloryqueolíalavanda, así era su nombre de pila, y una vaca de buen corazón y grandes sentimientos.
Todos las mañana la ardilla jugaba.
Era raro no verla molestar al perro del pastor y echar a correr entre ladrillos y gruñidos hasta poder encaramarse en el único árbol de aquel verde valle, tan tan tan bonito.
La vaca observaba.
Ella quería a la ardilla pero no era rápida, y siempre el perro la alcanzaba, pero mañana tras mañana, ansiaba el amanecer para junto a su amiga… molestar al perro y correr, ladrido tras ladrido, gruñido tras gruñido, y bocado tras bocado… en su caso…, pero a ella no le importaba…
A la vaca no le gustaba  su establo.
Ella quería dormir junto a la ardilla. Ella esperaba el día en que pudiera dormir junto a la ardilla en una rama del único árbol del valle,  para que cuando se durmiera, poder lamerle la cara.
Pero era una vaca muuuuuuy decidida y pensó, si pudiera volar… podría dormir junto a mi amiga.
Todos los días lo intentaba.
El primer día intentó volar 987 veces.
El segundo  4.926 veces.
El tercero… 9352 veces.
Mientras tanto la ardilla, todos los días al amanecer, molestaba al perro al pastor.
Era imposible no escucharla reír entre ladrido y ladrido, gruñido y gruñido… hasta alcanzar la rama del único árbol que había en ese valle tan verde y florido, con ese cielo tan azul, lleno de pompas por nubes.
El cuarto día lo intentó… 11.254 veces  y el quinto, y el sexto… hasta que al final… lo consiguió.
Decidió dejar de ser una vaca para convertirse en una vacadelfínvoladoramariposaamapolaquehuelealavanda para poder dormir junto a su amiga y noche tras noche  esperaba..., a que se durmiera su ardilla para, bajo el intenso cielo estrellado, poder lamerle la cara.

Lo mejor en esta vida… siempre se hace esperar.










2 comentarios:

  1. En eso tienes razón. A veces precipitar las cosas sólo las empeora. La decisión de ser paciente no es tan sencilla como parece,no todo el mundo está preparado para llevarla a cabo. Un saludo

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