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jueves, 30 de agosto de 2018

Helado de turrón.-


Últimamente leo mucho a un psicólogo cognitivo catalán, Rafael Santandreu.

Habla mucho acerca de la discapacidad como superación, de crear un nuevo marco referencial a partir de un hecho traumático, de no hacer caso a nuestra mente cuando se pone "pesada" con esto o aquello, de aferrarnos al amor y a la vida... entendiendo la vida,como  las hojas de un árbol o el bullicio de una gran ciudad... cosas fantásticas con un enfoque fantastico.

Una conversación armoniosa al comprar el pan, no tener miedo a perder ya que “salvo un trozo de pan en el estómago”, el resto es prescindible, contactar con la creatividad y la naturaleza... me relaja mucho su lectura.

Ser un observador, afrontar, dejar pasar el rayo, desvirtualizar... un modelo cognitvo que estudie, conocía y al que vuelvo de la mano de esta persona.

Pensaba al leerlo en las personas que tienen el Síndrome de Down.

Esas personas que suscitan lástima a algunas otras personas pero que en cambio, son terriblemente felices.

Si hace sol se toman un helado y si llueve se quedan en casa. En los coches de choque o ante una camisa de flores nueva??? Inmensamente felices.

Como viven la vida, simplifican, como simplemente aceptan, como hacen una fiesta de pequeñas cosas y realmente, somos nosotros los que nos debemos dar lástima en lugar de ellos, con tanta complicación, estrés, trabajo, obligaciones y sufrimiento que nos provocamos.

Sin lugar a dudas, a partir de ahora, además a ser un perro como anuncié en un antiguo post, me encantan la actitud de las personas que son como las personas con Síndrome de Down.

Capaces de ser felices, con pequeñas cosas...

Y este post se lo dedico a mi amiga Nieves ya que, sin tener el síndrome de Down, pertenece a mi Club Personal de Personas Fantásticas y con un helado, es inmensamente feliz






miércoles, 29 de agosto de 2018

Acallar al tigre!!!

Acallar al tigre!!!

después de llevar tres semanas de crisis, dándome baños de agua salada para "purificarme" y baños de "sol" para cargarme, hoy me he tirado al monte.

tres semanas de angustia, ansiedad, tristeza... es mucho así que hoy he probado a irme al monte sin pensarlo. bañador mojado, náuticos viejos, sin agua, sin móvil pero con mi nueva amiga, La Llana.

unos 800 metros de desnivel. la primera parte dura, luego ascendiendo y llaneando, piedras sueltas, la rodilla lesionada que se me iba, los coches del tamaño de una colilla y bueno, monte, cuesta, piedras y no pensar en nada concreto.

en la cima me he encendido el cigarrillo electrónico y me he dado cuenta de lo loco que estaba al haber subido en las condiciones en las que he subido, pero también me he dado cuenta de lo bien que había hecho.

he sentido una sensación de paz y bienestar que había perdido en las p. vacaciones pero pensando, esa paz no venía de la montaña, ni de la altura, ni del paisaje, ni de rollos holísticos ni místicos, venía de mi interior, de mi corazón, de donde siempre ha estado, donde la dejé hace tres semanas y hoy, al menos durante un ratito, la he encontrado.






martes, 28 de agosto de 2018

Movimiento!!!

Siempre que nos ocurre un imprevisto, una piedra en nuestro Camino, debemos preguntarnos el "para que me ha ocurrido esto?".
Quizas un nuevo marco referencial nos espera y con ilusion recuperamos a nuestra familia, redecoramos nuestra casa, contactamos con nuestras aficiones, llamamos a los amigos... pocos, pero buenos... nos vinculamos aun mas... hasta con la mascota,  y nos sentimos mejor.
El secreto... el movimiento.
El objetivo... aprender, mejorar y "ser mas fuertes".
La fuerza... la esperanza... que se nos abre un mundo de posibilidades.
Y pasito a pasito, inhalacion tras espiracion... todo mejora.
Y este post va dirigido a aquellas personas que sufren, por h o por b... asi que... movimiento, fuerza y esperanza.
Mi amigo Angel decia... "todos los cambios son para mejor..." y quien sabe. Seran para mejor???


lunes, 27 de agosto de 2018

Lo que no sea esto... a mi no me vale.

FORJAR LA UNIÓN RESOLVIENDO PROBLEMAS
Esta habilidad es un paso previo, algo a tener en cuenta, si puede ser, antes
incluso de iniciar una relación.
Se trata de darse cuenta de que cualquier relación íntima —de amigos o de
pareja— requiere conocerse bien. Y sólo conocemos a alguien después de
haber tenido un desencuentro. Antes de eso, sólo habremos sido «conocidos».
O, como mucho, amigos superficiales.
Con los amigos superficiales es posible no discutir nunca, pero eso se debe
a que no se comparte mucho.
Podríamos decirlo de otra forma: «Sólo puedes llamar “amigo” a alguien
con el que te has peleado y reconciliado». Hasta que no llegue ese momento,
todavía no le conoces, no has intimado realmente.
Esto es así porque en toda relación en la que se da una convivencia, en la
que se hacen cosas juntos, hay desencuentros, problemas, desacuerdos,
entuertos; ¡es imposible evitarlos por completo! Y la calidad de una relación
viene marcada precisamente por lo bien o lo mal que los resolvemos.
La lección que extraemos de ello es que una pareja debe esperar
encontrarse con esos desencuentros. ¡Es normal! ¡Incluso bueno! Es señal de
que convivimos, de que la interacción es cada vez más estrecha. Y tenemos
un montón de oportunidades de crecer juntos a través de ello.
Es más, yo diría que cada desencuentro resuelto nos une más como pareja:
nos conocemos más, hemos llegado a más acuerdos, nuestro roce es cada vez
más intenso y hermoso.
Yo he conocido a muchas personas convencidas de que cada problema de
pareja es una señal de incompatibilidad. Y así, cuando llegaban los
desacuerdos les entraban ganas de huir de la relación. No se daban cuenta de
que esas situaciones eran los ladrillos más importantes con los que se
construye el vínculo. Seguramente, los más importantes y hermosos.
Por lo tanto, cada vez que tengamos un problema de pareja pensemos que
se trata de un stage más de la relación, de una oportunidad única de intimar,
de amarse en profundidad. Se trata de una aventura protagonizada por los
dos, de un viaje maravilloso que nos abrirá a un paisaje relacional nuevo:
mucho más colorido y frondoso. El amor profundo y maduro se abre ante
nosotros.

Rafael Santandreu
Psicólogo cognitivo


viernes, 24 de agosto de 2018

El apego!!!

He escuchado 32 minutos de un vídeo sobre el apego, y estas son mis conclusiones:
El apego a las cosas materiales: una caja llena de móviles viejos, armarios llenos de ropa, un trastero lleno de cosas innecesarias...
El apego al postureo. Ir siempre perfecta. La sonrisa perfecta. Los dientes perfectos. La ropa perfecta. La foto perfecta...
El apego a ser el rey de la fiesta. Ser siempre el centro. Necesitar ser popular. Necesitar ser necesario a “la gente”. Pensar que la gente, con él, va a tener una vida mejor.
El apego es bueno si a lo que te apegas te da energía: un paseo en bici los sábados (con charla, un beso, un abrazo,...), un taller de baile los miércoles con amigos (diversión, música, relaciones,...), una comida con compañeros del trabajo (unión, compañerismo, conocer la parte humana de personas con las que pasas mucho tiempo...), un helado de turrón los domingos (placer...)... eso es apego a la pareja, a los amigos, a los compañeros de trabajo, ...pero son apegos hermosos, que te trasmiten cosas hermosas y que te hacen sentir bien.
Otra cosa muy distinta es apegarse a cosas que te hacen daño. Apegarte a personas que no te valoran, humillan, te dictan tu forma de vestir, actuar, relacionarte... eso es tóxico y disfuncional... y eso te causa una baja autoestima y te hacen sentir mal.
Pero hay que vivir con apego, mucho apego a las cosas buenas y sanas de este mundo y no debe ser para un período, debe ser para toda tu vida porque te hacen sentir mejor... y dentro de esas cosas, salen unas y entran otra... quealgunos amigos se marcharan pero otros vendrán, que los hijos se irán a estudiar, que algunos compañeros de trabajo se jubilarán... pero entrarán otras igual de hermosas (un nieto, un yerno wai,...) y auténticas... y entonces tendrás apego a tu nieto y a tu yerno además de a tu hija... por ej.
Así que viva el apego a quien te recoge los v de tu trabajo, te invita a comer y te hace un corazón en el café.
Apego a quien te da crema en las piernas.
Apego a quien te prepara la comida, te pone la mesa, se acuesta la siesta contigo hasta que te duermes, a quien te prepara la merienda y a quien no consiente que friegues o bajes la basura.
Eso es el buen apego... el sano y funcional, el que te hace feliz.


jueves, 23 de agosto de 2018

Voy a ser como un perro!!!!

El club de las personas fantásticas.-
Existe un club no legal, de personas que no se aferran a lo material sino a lo que realmente importa.
Es el club de las personas fantásticas.
Se aferran a la espiritualidad, a los besos, a los abrazos, a los te quiero, a hacer castillos en la arena de la playa, a tomar helados, a dar paseos, a sentarse en los bancos y observar los árboles, a jugar con los niños, a ayudar a los ancianos, a montar en bici, a ver solo películas de esas que te llenan el corazón, a estar agradecidos ante un plato de comida y una charla, a entregarse, a ayudar sin esperar nada a cambio...
No son perfectas. Nada es perfecto. Pero son “fantásticamente imperfectas”... “perfectamente imperfectas”.
Son muchas las personas fantásticas y tienen alma de perro por su nobleza, lealtad, incondicionalidad y capacidad de amar y es que, en su otra vida, decidieron encarnarse en... un perro.
Los perros son fantásticos.
En invierno buscan el sol y en verano la sombra... y eso es simplicidad.
Comen una vez al día y pasean nada menos que tres veces, también al día... y eso es sencillez.
No se quejan por el pienso, ni por pasear siempre por el mismo parque... y eso es agradecimiento.
Y siempre están dispuestos a jugar, a correr, a disfrutar... y eso es vivir!!!.
Y creo, que en mi próxima vida... voy a ser... un perro.




viernes, 17 de agosto de 2018

Theres... el hada.

Theres... el hada.-

Erase una vez que se era, en un bosque tupido lleno de árboles altos, verdes y frondosos, con un cielo azul lleno de nubes y de pájaros, con un arcoíris gigante y muy colorido, en una tierra donde nunca llovía ni hacía viendo, habitaba un hada.

Solo hablaba con los animales del bosque, con los árboles altos, verdes y frondosos, con las nubes blancas sobre un cielo azul intenso, de aquello que le gustaba y apasionaba.

Al atardecer subía a la montaña y cenaba con ella. Sólo prometía a la luna y vivía con tal armonía y belleza que era imposible no enamorarse de Theres, nuestra hada.

Todos la amaban. Los pájaros la despertaban, los árboles la protegían, las nubes la distraían, la montaña la ansiaba y la luna, siempre la escuchaba.

Ella preguntaba y todos contestaban. Ella escuchaba y ellos le hablaban, y así día tras días, atardecer tras atardecer y todos se acompañaban.

Los árboles se la disputaban. Los pájaros  le cantaban. Las nubes la amaban. La montaña la esperaba y la luna no hablaba, simplemente, la escuchaba.

El hada decidió abandonar su vida de mil años en el bosque, decidió ser mortal para poder tener un hijo... al que ansiaba... y para evitar que algo malo le pasara, el árbol que más la amaba se convirtió en perro para estar a su lado y no perderse de ella... nada.

Y nada cambió. Su hijo la quería, su familia la buscaba, sus amigos la distraían, un hombre la amaba y ella cuando podía, acudía a la montaña para hablar con la luna... que siempre y simplemente, la escuchaba.





martes, 14 de agosto de 2018

Un cuento!!!

Un cuento sobre una vaca que quiso aprender a volar.-
Erase una vez que se era, en un valle verde y lleno de amapolas, con un cielo azul intenso lleno de pompas por nubes y con solo un árbol, habitaba un pastor con su perro, Roque, una Ardilladelfinvoladoraqueeraunfloryqueolíalavanda, así era su nombre de pila, y una vaca de buen corazón y grandes sentimientos.
Todos las mañana la ardilla jugaba.
Era raro no verla molestar al perro del pastor y echar a correr entre ladrillos y gruñidos hasta poder encaramarse en el único árbol de aquel verde valle, tan tan tan bonito.
La vaca observaba.
Ella quería a la ardilla pero no era rápida, y siempre el perro la alcanzaba, pero mañana tras mañana, ansiaba el amanecer para junto a su amiga… molestar al perro y correr, ladrido tras ladrido, gruñido tras gruñido, y bocado tras bocado… en su caso…, pero a ella no le importaba…
A la vaca no le gustaba  su establo.
Ella quería dormir junto a la ardilla. Ella esperaba el día en que pudiera dormir junto a la ardilla en una rama del único árbol del valle,  para que cuando se durmiera, poder lamerle la cara.
Pero era una vaca muuuuuuy decidida y pensó, si pudiera volar… podría dormir junto a mi amiga.
Todos los días lo intentaba.
El primer día intentó volar 987 veces.
El segundo  4.926 veces.
El tercero… 9352 veces.
Mientras tanto la ardilla, todos los días al amanecer, molestaba al perro al pastor.
Era imposible no escucharla reír entre ladrido y ladrido, gruñido y gruñido… hasta alcanzar la rama del único árbol que había en ese valle tan verde y florido, con ese cielo tan azul, lleno de pompas por nubes.
El cuarto día lo intentó… 11.254 veces  y el quinto, y el sexto… hasta que al final… lo consiguió.
Decidió dejar de ser una vaca para convertirse en una vacadelfínvoladoramariposaamapolaquehuelealavanda para poder dormir junto a su amiga y noche tras noche  esperaba..., a que se durmiera su ardilla para, bajo el intenso cielo estrellado, poder lamerle la cara.

Lo mejor en esta vida… siempre se hace esperar.