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domingo, 20 de agosto de 2017
Insomnio.-
Es bonito eso de los abuelos.
Yo solo conocí a mi abuela paterna... Concha.
Los domingos iba el cura a confesarla y siempre me traía algo (yo tenía seis años). Tb ella me daba caramelos. "Roberto dame el bolso y salte". "Roberto entra, un ángel me ha dejado un caramelo para ti" y bueno eramos seis en casa.
Mi casa era como la de los Alcántara. Mi padre maestro y de derechas. Mi hermano estudiante y del PC. Mi madre ama de casa hipermegaahorrativa. Mi hermana maestra y cantaba con un coro juvenil en la Iglesia, de esos de panderetas y guitarras. Mi abuela, ultrareligiosa, y yo con seis años.
Un padre mayor (56 años), dos hermanos mayores (20 y 18 años) y mi madre con 44 años... con la que jugaba al parchís y a las cartas para ejercitar mi ojo vago.
Un sofá de escai (no se como se escribe) rojo, el un dos tres, la tele en blanco y negro, los dos rombos y " mis terrores favoritos", que no me dejaban ver las pelis de terror de ese programa, esas pelícuas en blanco y negro de Drácula que tanto miedo/ gustaban.
Me resulta extraño pensar en mi familia. En esa casa llena de gente. En ese heredar la ropa de mi hermano, las rodilleras, las coderas, en mis primeras Paredes (eran blancas), en mi monopatín Skay naranja, en comer a las dos en punto, en escuchar las noticias sin que nadie hablara, en imitar a mi hermano, en evitar a las amigas de mi hermana y en mi vecino, mi amigo de la infancia, mi vecino Esteban.
Esteban era de esos niños que no se le escuchaba.
Cuantas veces merendó dos veces, una en su casa y otra en la mía que, ante la insistencia de mi madre, reblaba y se tomaba otro vaso de leche con galletas por no decir por tercera vez que ya había merendado.
Su madre lo apuntó a clases de piano y le compraron el piano y ahí estaba Esteban, tocando todo el día el piano.
Está Esteban? está tocando el piano y pacientemente esperarlo hasta que, su madre le dejaba y ya podíamos salir a la calle, a los recreativos, sin dinero, a ver jugar a los marcianos.
Esteban era un niño agradable, tratable y generoso y, cuando pillaba 100 pesetas le faltaba tiempo para llamarme e invitarme a jugar en los recreativos hasta que nos gastábamos hasta el último céntimo.
Unos Reyes le trajeron una bicicleta BH y la compartía conmigo. Su balón de reglamento, que yo no tuve hasta los 12 años, evitar a su hermano pequeño, que no nos dejaba tranquilos y en fin, fue mi mejor amigo en la infancia.
Me asombra ver como ha cambiado todo.
Como mi madre y la madre de Esteban son ancianas. Como Esteban vive fuera, se peleó con su chica y como se gana la vida dando clases de piano. Como mi familia está al 50%, que tres miembros "ya se marcharon" y en fin, me parece mentira haber sido seis personas en casa donde ahora mismo solo vive mi madre, y en invierno está fría, y silenciosa, y casi vacía.
Y esta es mi noche de insomnio. Mi abuela y el cura, pasando por mis seis años, pasando por mi vecino y acabando por esta nueva entrada en el blog, todo con un poco de caos, pero es lo que tiene el insomnio...;)
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Entrañable y muy emotiva tu entrada. Un abrazo.
ResponderEliminarLa vida con su lado bonito y no tan...
ResponderEliminarUn abrazo
La vida... que te da y te quita. Un abrazo jfb y verónica...:)
ResponderEliminarEmotiva entrada Roberto.
ResponderEliminarUn abrazo =)))
Preciosa descripción de la infancia y de la. Vida. Me ha hecho retroceder a mi niñez, con mis abuelos, mis padres, hermanos y primos y lo que hemos cambiado ahora, ya de mayores. Y recordar, entrañablemente, a los que ya no están.
ResponderEliminarUn abrazo Lil y gracias por tu aportación MT. Nos vemos pronto!!!
ResponderEliminarAquellos tiempos....añoranza por los que ya no están cerca o ya no volverán. A veces sentimos que hemos perdido el tiempo...no hemos dicho dicho un te quiero a tiempo...no nos atrevimos a dar un gran paso...todo quedó en una linda amistad...aquellos tiempos en que la inocencia tenía un gran valor y para algunos ir del pueblo a la ciudad era un mundo. La vida da muchas vueltas... hay personas que se quedan en el olvido y otras no te las arrancan ni con hierro hirviendo. Recordar, recordar...es lo más bonito que nos depara nuestra mente. Si yo le hubiera dicho, si le hubiera hecho, si hubiese....no importa, ya pasó. Recordar lo que nos parece más bonito, aquella sonrisa, esos dedos que se rozan, aquella mirada picaresca jaaajaaa siempre hay algo que recordar de cada una de las personas que han formado parte de nuestras vivencias.
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