Mi padre tenía veinte años cuando tuvo que
irse a hacer servicio militar. Destino Sahara. Frontera con Mauritania. 16
meses en la MILI.
Solo tuvo un permiso para volver a casa a
los seis meses de estar entre las dunas del desierto del Sahara.
Resulta que para volver a casa tenía que
enfrentarse a una verdadera odisea, porque de El Aaiún - Mauritania- tenía que coger
un avión militar hasta las Palmas - Las Canarias- y de las palmas
un avión comercial a Tenerife y de Tenerife ya a Sevilla.
Resultó que estando con la ilusión propia
de tener su primer permiso y posiblemente el único que tendría en 16 meses, llegó a ese Aeropuerto en
Tenerife. Va a la ventanilla para comprar el billete para Sevilla y le
dicen que para Sevilla no hay vuelo hasta dentro de tres días pero para el día
siguiente hay uno para Málaga. Bueno, pues para Málaga. Él lo que
quería era llegar a la península y ver a la novia - mi madre- . Con el
billete en la mano se fue a cenar al restaurante del aeropuerto, y pensó que el
aeropuerto estaba donde dios perdió el mechero, que si volvía a Tenerife para
dormir en un hostal teniendo que madrugar para volver donde estaba en ese
momento para coger el vuelo a las 8 de mañana del día siguiente corría el riesgo de quedarse dormido, de no llegar a la hora, perder el vuelo.... y
¿Qué hacer entonces? Tuvo una idea, no poco arriesgada.
Hacerse el remolón y quedarse a dormir en la terminal.
Pues eso fue lo que hizo. Se acopló a un apartado de asientos bien cómodos y se quedó dormido. Entrada la media noche alguien lo despertó, advirtiéndole que no podía estar allí. Que debía marcharse y volver al otro día. Mi padre que siempre ha tenido don de palabras, le explicó su odisea personal. El hombre que lo despertó con un compañero más, le advirtió de la suerte que había tenido, no era raro de que patrullas militares pasaran por allí, mi padre que iba vestido con su uniforme no hubiera pasado desaparecido y con seguridad habría tenido problemas.
Pues eso fue lo que hizo. Se acopló a un apartado de asientos bien cómodos y se quedó dormido. Entrada la media noche alguien lo despertó, advirtiéndole que no podía estar allí. Que debía marcharse y volver al otro día. Mi padre que siempre ha tenido don de palabras, le explicó su odisea personal. El hombre que lo despertó con un compañero más, le advirtió de la suerte que había tenido, no era raro de que patrullas militares pasaran por allí, mi padre que iba vestido con su uniforme no hubiera pasado desaparecido y con seguridad habría tenido problemas.
Los hombres resultaron ser lo
vigilantes del lugar. Hicieron claramente la vista gorda. Le preguntaron
a mi padre que si quería ver todo aquello. Pues si...
Lo llevaron a la Torre de control y
cada uno de los departamentos y terminales.... Acabaron en la cafetería.
¿Cenó anoche?
Bueno.. Un bocadillo y una cerveza.
Entraron en el bar y le sacaron platos de
todo. Mi padre se dio un gran festín. Después de la inesperada
comilona lo dejaron dormir y antes de que abrieran el aeropuerto lo
despertaron. Mi padre fue al baño, se aseó un poco y cuando salió del
baño el trajín del lugar era como el de cualquier otro día.
A las 8 en punto estaba sentado en su
asiento del avión rumbo a casa. Rumbo a Málaga. Aún le quedaría un pequeño
trayecto hasta llegar a su pueblo, Dos Hermanas, pueblo Sevillano.
Llegó claro que llegó. Permiso de un mes
que como podréis imaginar disfrutaría cada minuto.
Después quedaría el camino de vuelta al
desierto. Que no fue fácil tampoco. Cuando llegó a las Palmas - Las
Canarias- No había avión para El Aaiún - Mauritania- hasta tres días después. Allí
se fueron encontrando algunos amigos del batallón que se encontraban en la
misma tesitura de tener que esperar.
Llegaron tres días tarde. Orden de
aviso de "Busca y captura" a la península por no haber vuelto del mes
de permiso. Explicaron lo sucedido. El papeleo se arregló. Pero
del arresto... de eso no se libraron. Aunque para quienes sabían de ante
mano que hasta dentro de un año no volverían a casa el arresto era lo de
menos.
El primero de la fila. Mi padre -Juan- |
Mi padre hizo la militar allí, en el Aaiun, no se el año exacto. No vino nunca de permiso, ya que León queda tan lejos. Pero recuerda un compañero de Sevillano que era muy amigo. Creo recordar que era carnicero... Le pregunto cuando le vea.
ResponderEliminarLas cosas de la vida Rubén. Quien iba a decir que nuestros padres hubieran hecho la mili en el mismo sitio. Mi padre estuvo desde Enero del 1968 hasta Mayo del 1969. Los primeros tres meses en el Aaiún y luego hasta terminar en Villa Cisnero. En artillería. 80 sordados agregados a la legión. Y en aquellos tiempos era Cocinero.
EliminarSu Sargento se llamaba Gregorio.
Bueno ... ya me diras :)
Besitos !!
Me lo he imaginado cómo Tom Hanks en la Terminal.
ResponderEliminarUna Mili demasiado larga, estaría deseando volver a casa.
Besos 🌹
Qué buen mozo tu papi Nieves! Estarás orgullosa y además sos muy parecida a él! Momentos duros esos del servicio militar tan lejos del hogar, un aprendizaje a veces cruel, un abrazo!
ResponderEliminarA través de tu crónica, se devela el amor de tu padre por tu mamá. Cuentas esta historia, y me parece tener algunos de los cuentos de García Márquez, en ese tenor de la aventura de tu padre. Puede más el amor. UN abrazo. carlos
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