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jueves, 25 de febrero de 2021

Dojo Kun.-

 

Hoy, nuestra sección de artes marciales trata del Dojo Kun. Sus kanjis son: Dojo 道場 (lugar para la vía de meditación y entrenamiento del arte marcial) y Kun 訓 (precepto), pero es mucho más que un reglamento. Se trata de compromisos éticos que aceptan maestros y discípulos. El Dojo Kun convierte disciplina marcial en arte para fortalecer el espíritu tanto o más que el cuerpo.
Cada arte marcial tiene su Dojo Kun. Es más, cada estilo o escuela añaden variantes o matices. El enunciado del Dojo Kun suele mostrarse en lugar bien visible, en un kakemono (rollo de seda o papel desplegado y escrito con caligrafía tradicional). Tradicionalmente, los miembros del dojo han de memorizarlo y repetirlo en voz alta tras entrenamientos o actos solemnes.
El origen del Dojo Kun se relaciona con el Bushido (código guerrero) del Japón medieval, cuando el Koryu Budo (artes marciales del viejo estilo) era imprescindible para la vida cotidiana por el permanente estado bélico. Pero desde finales del siglo XIX a inicios del XX, la evolución del Koryu Budo al Gendai Budo (artes marciales modernas) fue paralela a la del Bushido al Dojo Kun.
Iniciadores del Gendai Budo, como el divulgador del Kárate-Do, Gichin Funakoshi (1868-1957) o su amigo, el creador del Judo, Jigoro Kano (1860-1938), enunciaron los primeros Dojo Kun. Poco después, lo harían otros maestros karatecas y judocas en sus respectivos estilos. A éstos se sumó Morihei Ueshiba (1883-1969), fundador del Aikido.
Al maestro Funakoshi se le atribuye la reformulación moderna de los antiguos 20 enunciados del Bushido (Niju kun), adaptados a su estilo de kárate, el Shotokan. Hoy, la Federación Japonesa de Kárate (JKA) los sintetiza en cinco principios que podrían compartir todas las escuelas: esfuerzo por mejorar el carácter, defensa de la verdad por todas las vías, reiterado espíritu de sacrificio, cortesía y respeto a los demás, y autocontrol para reprimir actitudes violentas. Cada principio viene precedido del kanji “hitotsu” (uno, traducible como “ante todo” o “lo primordial”) para denotar que todos tienen el mismo valor o que hay que “ser uno” con cada enunciado.
El Dojo Kun es pues la definición de la vía ética que ha de interiorizar el artista marcial, desde principiante hasta 10º dan, tanto dentro como fuera del dojo, para que la práctica de su disciplina surta efectos en la mejora integral de la persona y de su entorno social.



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