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sábado, 29 de julio de 2023
Julio.-
martes, 25 de julio de 2023
Prórroga personal e intransferible
martes, 18 de julio de 2023
El mismo examen, cuatro exámenes diferentes.-
El mismo examen, cuatro exámenes diferentes.
Quino, espectacular.
No se había leído el temario y se lo tuvimos que dejar.
Lo aprendió rápido y se marcó una kata de diez sobre diez, mostrando mucho nivel.
Jose, en su línea.
Sonrisa en los labios, nervioso pero sereno, humilde, empatico, cercano... otro diez.
Entrena todos los días y se notó.
Trino, no lo seguí mucho.
Estuvo con nosotros, callado pero muy cercano.
Físicamente y técnicamente muy similar a mí.
Y yo, muy orgulloso del examen.
Esas tres horas las dividí en mi mente en cinco etapas y simplemente, iba cubriendo etapa tras etapa haciéndolo todo lo mejor que sabia.
Error, se me olvidaron los kimes en la kata.
Error, mi compañero, mi uke, “como pollo sin cabeza”.
Se equivocó en los tres ejercicios que hicimos juntos pero tuve la suficiente serenidad de corregirlo.
Acierto, mi autocontrol y serenidad, que realmente, me llamaron mi atención.
Todo fluyó inmensamente mejor de lo esperado.
En conjunto, teníamos técnica, físico y estábamos por encima de la media del grupo.
El tribunal nos trató muy bien, ante el calor, 38 grados, se nos permitió beber y todo se hizo con descansos, sin prisa, con tiempo para recuperarnos.
Lo peor del conjunto, en mi opinión, la kata.
Éramos cuatro, cada uno hizo su kata, a su ritmo y nos faltó coordinación.
Veníamos de la misma escuela, con el mismo sensei e íbamos descordinados.
Muy contentos con nuestro apto, nos fuimos a comer por San Vicente de Raspeig, a celebrarlo, y el sacrificio, y el esfuerzo, y la constancia y ...el coraje, tuvo su recompensa.
sábado, 1 de julio de 2023
Mi traje me habló!!!
Ha sido un mal invierno.
Tensiones personales, familiares, exceso de catarros a lo que hay que añadir el denominador común de los madrugones y de mucho de trabajo.
Este año he sido constante con el Dojo pero he ido algo dosificado.
Me duele la cadera... ay!!!, los hombros... reay!!! la rodilla... recontraay!!! y así con casi todas las articulaciones de mi cuerpo.
He sido constante, pero he entrenado al 80%, no lo he dado todo aunque en ese instante, lo he dado todo. Paradójico, no???.
Pero una vez salido del bucle de catarros, familia y tensiones, ayer que dí el 150%, mi traje me habló.
Ese traje que uso con tanto cariño, regalo de mi sensei, duro e indomable, hablaba con cada parada, golpe o patada para recordarme que no está confeccionado para ser usado al 80%.
Me contó que necesita potencia, rapidez, brusquedad y que este invierno, aunque me ha acompañado, no ha sido muy feliz, al igual que yo.
Así que ayer, mas que rojo, amoratado, salimos mi karategui empapado y yo felices del Dojo, cansados, pero sin ays!!!, reays!!! ni recontraays!!!, estando orgulloso el uno del otro.
Así que ayer, mas que rojo, amoratado, mi traje empapado, me habló.
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