Un padre de derechas, franquista, religioso, ubicado a la cabecera de la mesa.
Un hermano comunista, ateo, independentista, ubicado a su derecha.
Una abuela religiosa, mayor, de negro, al otro extremo de la mesa...
Todos alrededor de una mesa rectangular, en la cocina, calentada por los fogones.
Se come con vino. Pero el vino, rara vez ayuda.
Dificulta el entendimiento y distancia a las personas.
Una atmósfera lúgubre, de hastío, de poco entendimiento, de nacionalismos, de enfrentamientos.
Hasta que surge el conflicto. Donde nadie calla y nadie escucha. Donde una madre se sofoca y un niño mira al suelo.
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