He cogido el autobús de mi coche, con su música y calidez. El autobús de salir a realizar visitas a mis compañeros, con su naturalidad y espontaneidad.
Solo he ido a saludar a aquellos que piensan que el arcoíris es de regaliz, las nubes de gominolas y el cielo de caramelo de fresa… el resto… no me interesaba.
El autobús de desayunar con mi compañera Paloma. Con su colgante en la joyería que siempre está cerrada. Con sus dudas en una factura. Y me ha invitado a desayunar. Tb he cogido el autobús de Ruth. Dándole los buenos días. Llamándola para ver cómo iba su mañana. Enviándole mil correos con mil cosas bonitas. Ahora cogeré el autobús de comer lentejas en casa, junto a mi gata, luego el autobús de ir a visitar a mi madre, el autobús de merendar rollos de naranja con chocolate en su casa, el autobús de la nueva serie que estoy viendo y el autobús de meterme en una cama que huele a colonia.
En la vida no pasa un autobús… pasan mil autobuses al día y en tu mano está el cogerlos o el dejarlos pasar.
A veces los dejamos pasar porque no nos sentimos bien, porque vamos muy estresados, porque estamos tristes… pero no pasa nada porque al día siguiente, pasan autobuses realmente bonitos, extraordinarios, rojos y verdes, naranjas y morados, amarillos y plateados… que no paran de pasar.
Coge uno haber donde te lleva. No te quejes y haz algo… que la energía de la queja no sirve de nada.
Cómprate gominolas y comételas en un parque. Emborrona las letras de un libro. Llama a alguien y dile que le echas de menos. Desordena un puzle. Hazte flanes. Escribe con la otra mano. Hazte fotos. Pasea y habla con extraños. Pide un presupuesto para hacerte un tatuaje. Baja la basura en pijama. Piensa como sería tu vida si fueras una gaviota. Vete a ver una peli… o mejor aún, hazlo todo. Pero no te quejes y... haz algo… que el movimiento lleva al cambio y el cambio al bienestar.
Súbete al autobús que te apetezca y mira por la ventana. Te sorprenderás!!!
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