Reencuentros.-
a veces la vida nos pone a prueba.
a veces las suposiciones, las malas interpretaciones, la vergüenza del haber dicho o del haber hecho esto otro, la distancia y el silencio nos separa de las personas que también a veces echamos de menos en nuestros silencios.
siempre he encontrado a la mujer mucho más evolucionada que al hombre en esto de las relaciones personales.
son mas dadas en hablar, aclarar, decir, indicar... y siempre he pensado que el mejor amigo de un hombre... es una mujer.
más comprensiva, más resistente, más paciente, mejor estratega... quien tiene por amiga a una mujer, tiene un tesoro.
eso también va más por las hermanas.
incondicionales, "preguntonas", resolutivas, participativas, resistentes... quien tiene a una hermana, también tiene un tesoro.
mil veces he dicho a mil hombres que estaban disgustado con su hermana, "tío, haz las paces, que la sangre cuenta y a la hora de la verdad... siempre tendrás a tu hermana", y cuantas veces lo tendré que repetir, quizás otras mil.
los reencuentros entre amigos, siempre son agradables, pero los reencuentros con las amigas, son espectaculares y en ese aspecto, estoy de racha.
Y a veces, un jueves cualquiera de septiembre, ese que por las mañanas te recuerda que se acaba el verano pero que a las dos de la tarde te recuerda que aun no ha acabado, pues un jueves de esos, te das cuenta que te han hecho el regalo del mes, que digo del mes! El regalo del año, porque a una amistad no se le puede poner precio aunque te empeñes.
ResponderEliminarY entonces es cuando te cuestionas si eres tan comprensiva, paciente, resolutiva y resistente como crees que creen que eres o por el contrario eres una cabezota, resentida y rencorosa.
Aunque en el fondo creo que no, la vida se encarga de darte empujoncitos para que saltes y siempre, siempre se abre el paracaídas. Solo hay que tener las ganas de saltar.
Comprensiva, paciente, resolutiva y resistente... Nunca lo he dudado.
ResponderEliminarSiempre me ha gustado escuchar tus cosas y estar contigo, pero a veces me cuesta llamar y decir " te echo de menos" en lugar de distraer la mente a otra cosa... Y quien me conozca lo sabe.
Siempre el silencio y la distancia y no es chulería ni desapego, todo lo contrario, pero no se cuando me volví así.
Quizás sea un medio de defensa, mezclado con cobardía, con miedo a sufrir, con pensar que el otro sabe lo que pienso sin tener por qué y en fin.
Lo bueno de saber que esta roto es que sabes que tienes que reparar y eso siempre es un buen comienzo.
Un beso desde España!!!
Ni contigo ni sin ti jaaajaaa. Eso es lo que dicen muchos hombres...que no entienden a las mujeres. En fin, cada ser humano es un mundo.Si la persona que mejor te entiende y comprende es del otro sexo pues no ha de resultar extraño, solo hay que lanzarse y dejarse llevar.
ResponderEliminarEs complicado. La libertad y hacer lo que te apetezca o la compañía y el apoyo incondicional???. La mediana edad es así. Yo apuesto por lo segundo aunque reconozco que me costaría renunciar a lo primero. Un abrazo Eva!!!
ResponderEliminarEstar acostumbrado a la soledad o libertad, según se mire, de uno mismo es lo que tiene....cuesta renunciar al propio espacio, cuesta compartir porque en ocasiones sólo queremos hacerlo cuando nos interesa. La mediana edad...como tú la llamas...se te nota jaaajaaa. Estás más pensativo, más perceptivo y supongo que también de vez en cuando más refunfuñón jaaajaaa. Te apetece la vida en pareja pero dudas de tu pérdida de libertad...puede ser...eso de que otra persona invada nuestro espacio no es fácil de llevar. Piensa lo que puedes aportar tú a la relación y lo que estás dispuesto a ceder.Solo así estarás preparado y receptivo para abrir tu corazón a la persona adecuada. Ella está ahí, en algún lugar, tal vez ya la hayas encontrado y no te diste cuenta o tal vez está por llegar.Quién sabe! Que hayas sufrido anteriormente no significa que hayas de ponerle un escudo de hierro a tu corazón...porque recuerda...que el fuego, la pasión..son capaces de derretirlo. Suerte en tu búsqueda y lo que elijas bien estará, tu vida la manejas tú... tú decides.
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