Estoy escuchando últimamente mucho, sobre todo en las redes, que gracias al confinamiento hemos salido de casa mas fuertes, mas sabios.
Yo crecí mucho tras mi separación.
Ahí aprendí lo que era importante de lo que no.
Tb aprendí mucho tras mi accidente de rodilla.
Ahí aprendí lo que era la amistad de lo que era la red social.
Tras el confinamiento, me he conocido mejor.
He aprendido que soy muy manipulativo, que no me meto en líos, que no aguanto mucho tiempo haciendo la misma cosa, que necesito cambiar de actividad con frecuencia, que soy de dormir poco, que soy rutinario, que soy muy creativo, que cuando finaliza una actividad al poco, si estas atento, aparece otra.
Han sido dos meses de dormir mas, de estar acompañado, de volver al mundo del perro, de comer con apetito, de aprender a protegerme (aunque yo ya sabía) y lo mas importante, de aprender a trabajar para vivir y no a vivir para trabajar.
Me ha asombrado gratamente mi capacidad de adaptación, mis actividades, mi creatividad y ser muy mañoso, aunque no muy perfeccionista.
Ahora, tras dos días de trabajo, dejo en el haber montar la maqueta para mi scalextric, restaurar una lámpara, restaurar dos mesitas que datan de 1911, pintar el Belén de mi infancia y con pena, vuelvo al trabajo.
Ya noto el exceso de actividad, el cansancio de la mañana, hacer kárate con algo de sueño, estar ocho horas en un espacio cerrado y como la vuelta al trabajo, me va quitando vitalidad, actividad y aficiones.
Ya no le doy los buenos días a mis tres grupos moteros por falta de tiempo, duermo la siesta si o si, entreno cansado, he dejado de vender las cosas de casa que no utilizo, me duermo en la cena pero no le tengo ningún miedo a otro posible confinamiento o al hecho de dentro de una década, jubilarme... :)
